Recomendaciones generales para padres, madres y cuidadores de niños o niñas para enfrentar un terremoto
Los terremotos producen mucho miedo y son especialmente difíciles porque llegan sin previo aviso, son seguidos de réplicas y provocan daños. Usted es la persona más importante en la vida de su hijo(a) y la más apropiada para proteger, dar consuelo y ayudarle a sentirse mejor.
Una vez restablecidas las condiciones básicas de seguridad (como tener alimento, agua, ropa seca, un lugar seguro donde dormir) trate de seguir estas sugerencias:
1. Mantenga la calma
- Porque su hijo(a) se sentirá igual a como ve que usted se siente.
2. Proteja a su hijo(a) pero con control.
- Ante otras réplicas trate de no gritar, llorar, ni arrancar.
- En caso de evacuación, explícale brevemente lo que va a pasar y si las condiciones lo permiten déjale llevar consigo algún objeto especial (juguete, tuto u otro). Si es posible, llévalo en un portabebé, en brazos o de la mano.
- Procura que tu hijo(a) lleve consigo una tarjeta de identificación que incluya su nombre completo y teléfonos de madre, padre u otros adultos a su cuidado.
3. ¿Cómo hablar con los niños(as) acerca de lo sucedido?
- Pregúntele qué sabe y escuche con paciencia lo que tenga que decir. Si no desea hablar, no lo presione.
- Dé una explicación real y simple, diga "La tierra a veces se mueve produciendo algunos daños. Esto es algo que sucede en Chile, pero pasa sólo cada varios años".
- No les mienta, como por ejemplo decir que "esto no va a volver a suceder", ni asocie las causas del terremoto a seres, entes, animales o cosas.
- Los niños(as) pequeños necesitan hablar poco, en corto tiempo, pero más frecuentemente de lo que ha sucedido. Es bueno validar lo que los niños(as) piensan y sienten. Hágales saber que sus preguntas o comentarios son importantes.
- Ayúdelos(as) a expresarse. Hay niños(as) que no querrán hablar de lo sucedido, pero pueden preferir expresarse a través de dibujos o juegos. Los puede ayudar invitándolos a dibujar o hacer un relato de lo que vivieron.
- Evite que vean televisión y escuchen las noticias de la radio y trate de ser usted la fuente de información de sus hijos(as) o de mediar la información que escuchan o ven de otras fuentes.
4. Dé consuelo efectivo.
- Los niños(as) pueden necesitar más consuelo y usted es la mejor persona para darlo. Pase más tiempo con ellos(as), déles más contacto físico (tóquelos, abrácelos, béselos) y juegue más tiempo con ellos(as).
5. Vuelva a la rutina lo más pronto posible
- Haciendo las cosas que normalmente se hacían antes del terremoto y trate de proveer espacios de juego, dibujar, pintar, hacer actividad física o ir a la plaza.
6. La mayoría de los niños(as) se recuperan con su apoyo después de las dos primeras semanas.
7. Recuerde que usted también está bajo tensión emocional.
- Cuídese para así poder brindar el apoyo necesario a sus hijos(as). Habla de lo que sientes con otros, esto te ayudará a sentirte mejor
8. Incorpórelos en ayudar a otros
-Por ejemplo colaborando en la entrega de ropa y juguetes o alimentos no perecibles. Es bueno que los niños y niñas sepan que hay muchas personas ayudando a quienes fueron más afectados por el terremoto.
9. Extreme las medidas de seguridad
- Si tienes que ordenar, reacomodar, hacer reconstrucciones o reparaciones en tu hogar, evita que los niños(as) se acerquen a los escombros. Pueden haber clavos, latas u otros elementos peligrosos.
Recuerde que es normal que tanto los adultos como los niños(as) sufran algunas alteraciones tras un evento de esta naturaleza. Poco a poco estos síntomas irán desapareciendo.
Algunas de las manifestaciones que pueden observarse en personas adultas:
• Nerviosismo o ansiedad
• Culpar a los demás
• Tristeza y/o llanto
• Frustración y/o sentimiento de impotencia
• Pesadillas
• Enojo y/o irritabilidad
• Disminución de la capacidad de trabajo
• Recuerdos muy vívidos del evento
• Sentirse abrumado
Algunas de las manifestaciones que puede observarse en niños(as):
• Dolor de estómago
• Pesadillas y dificultad para dormir
• Sobresalto frente a los ruidos
• Conductas como volver a orinarse o hablar infantil
• Alteraciones de la concentración
• Sentimientos de culpa
• Llanto sin motivo
• Recuerdos frecuentes del evento
• Pasividad y miedos (por ejemplo, miedo de separación)
• Enojo y/o irritabilidad
Consulte a los profesionales de salud y educación si:
• Usted cree que necesita ayuda para proteger a su hijo(a).
• Si usted nota que su hijo(a) está muy diferente, muy agresivo, muy tímido, dejó de hablar, no puede dormir, se arranca solo, se asusta demasiado y dejó de jugar o de comer.
• Si cree que necesita ayuda psicológica para usted mismo(a).
Si usted se encuentra en las zonas más afectadas, o está durmiendo en albergues, carpas, o en la casa de parientes, o participa en ollas comunitarias o ranchos, tómese el tiempo para conversar con los niños(as) sobre los cambios actuales. Explíqueles, aunque sean pequeños, que estos cambios son necesarios y temporales para reorganizarse como familia y seguir adelante.
Fuente: Chile crece contigo