Consejos para que los padres ayuden a bebés y niños pequeños después de un desastre
1.- Si su niño(a) tiene problemas al dormir, se niega a ir a dormir, no quiere dormir solo, se despierta gritando en la noche.
Cuando los niños están asustados, quieren estar con personas que les hagan sentir seguros y se preocupan cuando no están juntos. Si hubo una separación durante el desastre, el dormir solos puede recordársela. Al momento de dormir recordamos, ya que no estamos ocupados haciendo otras cosas. Por lo general, los niños sueñan con cosas que les producen miedo y pueden sentir temor a la hora de dormir.
Que hacer:
- Si usted quiere, deje a su niño dormir con usted. Hágale saber que es solo un arreglo temporal.
- Tenga una rutina para ir a dormir: un cuento, una oración, tiempo para mimarlo o abrazarlo. Háblele sobre la rutina todos los días, para que él sepa qué esperar.
- Abrácelo y dígale que está seguro, que usted está allí y que no se marchará. Entienda que el niño no está siendo difícil a propósito. Esto tomará tiempo, pero cuando él se sienta más seguro, dormirá mejor.
2.- Si su niño(a) se preocupa de que algo le pueda suceder a usted (quizás usted también tenga esta inquietud)
Es natural tener miedos de esta naturaleza después de
haber estado en peligro.
Este miedo puede ser más intenso cuando el niño se ha
separado de sus seres queridos durante el desastre.
Que hacer:
- Recuerden (su niño y usted) que ahora están seguros.
- Si no se encuentran seguros, háblele sobre lo que está haciendo para mantenerlo seguro.
- Haga un plan para determinar quién se encargará de cuidar a su niño en la eventualidad de que algo le suceda a usted. Esto le puede ayudar a aminorar la preocupación.
- Realice actividades positivas junto al niño para ayudarle a pensar en otras cosas.
3.- Si su niño(a) llora o se queja cuando usted se va, incluso cuando usted va al baño. ...no puede soportar estar lejos de usted.
Los niños que aún no saben hablar o expresar lo que sienten tienden a mostrar sus miedos no queriéndose despegar de usted o llorando. El despedirse puede recordarle al niño cualquier separación relacionada con el desastre. El cuerpo de los niños tiende a reaccionar ante las separaciones (su corazón late más rápido, problemas estomacales). Algunas veces su interior se expresa a través de su cuerpo" ¡Oh no, no puedo perderla!" Su niño no está tratando de controlarle o manipularle. Está asustado. También puede asustarse cuando otras personas (no solo usted) se van .Las despedidas le causan miedo.
Que hacer:
- Trate de quedarse con su niño y evite las separaciones por ahora.
- En caso de separaciones breves (tienda o baño), ayude a su niño a nombrar sus sentimientos y a conectarlos con todo lo que ha experimentado. Dígale que usted lo ama y que esta despedida es diferente, que usted regresará muy pronto "Tú estás muy asustado. No quieres que me vaya, pues la última vez que me marché tú no sabías dónde yo estaba. Esto es diferente y regresaré muy pronto".
- Para separaciones más largas, déjelo con personas que le son familiares, dígale a dónde va y por qué y cuándo regresará. Dígale que usted estará pensando en él. Déjele una fotografía de usted o algún objeto suyo. Llámelo si es posible. Cuando usted regrese dígale que lo extrañó, que pensó en él y que ya regresó. Usted tendrá que repetir este proceso una y otra vez.
4.- Si su niño(a) tiene problemas de alimentación, come demasiado o se niega a comer
El estrés afecta a su niño de distintas maneras, incluyendo su apetito. Comer saludablemente es importante, pero prestar demasiada atención a la comida puede provocar estrés y tensión en su relación.
Que hacer:
- Relájese. Cuando los niveles de estrés del niño bajen, sus hábitos alimentarios volverán a la normalidad. No obligue a su niño a comer.
- Coman juntos y haga de la hora de comer un momento relajante y divertido.
- Mantenga meriendas saludables accesibles. Los niños comen constantemente.
- Si usted se encuentra preocupado pues su niño ha perdido una cantidad significativa de peso, consulte con un pediatra.
5.- Si su niño(a) no puede hacer las cosas que él hacía antes (como usar el baño), o no habla igual que antes.
Frecuentemente, cuando los niños pequeños están bajo estrés o asustados pierden temporalmente capacidades o destrezas que adquirieron recientemente. Esta es la forma en que los niños pequeños nos comunican que no están bien y necesitan nuestra ayuda. Perder una habilidad después de haberla desarrollado (como orinarse en la cama nuevamente) puede hacerlos sentir avergonzados o abochornados. Las personas a su cargo deben ser comprensivas y brindarles apoyo. Su niño no hace estas cosas a propósito.
Que hacer:
- Evite criticarlos. Esto puede hacerlos pensar que nunca aprenderán.
- No obligue a su niño. Esto crea una lucha de poder.
- En vez de enfocarse en la habilidad (como el no utilizar el baño), ayude a su niño a sentirse comprendido, aceptado, amado y apoyado.
- Cuando el niño se sienta más seguro, recuperará la habilidad perdida.
6.- Si su niño(a) se asusta de cosas que no le asustaban anteriormente.
Los niños pequeños creen que sus padres son todopoderosos y que pueden protegerlos de cualquier cosa. Esta creencia los ayuda a sentirse seguros. Por lo sucedido, esta creencia ha sido quebrantada y el mundo se torna un lugar que da cabida al miedo. Muchas cosas pueden recordarle a su niño el desastre (lluvia, secuela, ambulancias, gente gritando, una mirada aprehensiva de los padres), todas las cuales pueden asustarlo. No es culpa de los padres: fue el desastre.
Que hacer:
- Cuando su niño esté asustado, háblele sobre cómo lo mantendrá seguro.
- Si su niño está preocupado, pues algunas cosas le recuerdan el desastre y piensa que éste está ocurriendo nuevamente, ayúdele a entender que lo que pasa en el momento (como la lluvia, o las secuelas), es diferente a lo que pasó durante el desastre.
- Si habla sobre monstruos, ayúdelo a espantarlos. "Vete monstruo. No molestes a mi bebé. Voy a decirle al monstruo ¡buh!, ¡buh! y él se irá, pues se va a asustar".
- Su niño es muy pequeño para entender y reconocer la forma en que usted lo
protegió; recuérdese a sí mismo las cosas buenas que usted ha hecho.
7.- Si su niño(a) no quiere jugar, no quiere hacer nada o aparenta no tener ningún sentimiento (felicidad o tristeza).
Su niño lo necesita. Su niño puede sentirse triste y abrumado después de todo lo sucedido. Cuando los niños están estresados, en algunas ocasiones gritan y, en otras, pueden estar retraídos. En ambos casos ellos necesitan a sus seres queridos.
Que hacer:
- Siéntese cerca de su niño y manténgase cerca de él. Hágale saber que usted lo quiere.
- Si usted puede, defina con palabras los sentimientos del niño. Dígale que es aceptable sentirse triste, enojado o preocupado. "Me parece que no quieres hacer nada. Me pregunto si te sientes triste. Algunas veces es normal sentirse triste. Me quedaré aquí contigo".
- Realice actividades con su niño, cualquier cosa que a él le agrade (leer un libro, cantar, jugar juntos).
8.- Si su niño(a) llora mucho
Su familia puede haber experimentado cambios difíciles como resultado del desastre y es natural que su niño se sienta triste. Cuando usted permite que su niño se sienta triste y le ofrece su apoyo, usted lo está ayudando, aunque él continúe experimentando sentimientos de tristeza. Si usted tiene sentimientos de tristeza profundos, es recomendable que busque apoyo. El bienestar de su niño está conectado con su propio bienestar.
Que hacer:
- Permita que su niño exprese sus sentimientos de tristeza.
- Ayude a su niño a verbalizar sus sentimientos y a entender por qué está sintiéndose de esa manera. "Yo creo que estás triste. Han pasado muchas cosas difíciles".
- Apoye a su niño sentándose con él y brindándole más atención. Dedíqueles un tiempo especial.
- Ayude a su niño a sentirse esperanzado respecto del futuro. Juntos hablen y piensen sobre cómo serán sus vidas y sobre las cosas buenas que harán, como ir a caminar, al parque, al zoológico o jugar con amigos.
- Cuídese a sí mismo.
9.- Si su niño(a) parece "hiperactivo", no puede estar quieto y no puede prestarle atención a nada.
El miedo puede crear energía nerviosa que se manifiesta en nuestros cuerpos. Los adultos algunas veces caminan de un lado a otro cuando están preocupados. Los niños corren, brincan y pueden estar inquietos. Cuando nuestra mente se concentra en cosas negativas, es difícil prestar atención a otros asuntos. Algunos niños son activos por naturaleza.
Que hacer:
- Ayude a su niño a reconocer sus sentimientos (miedo, preocupación) y asegúrele que se encuentra seguro.
- Ayude a su niño a liberar la energía nerviosa (con ejercicios de estiramiento, corriendo, practicando deportes, respirando profunda y lentamente).
- Siéntese con su niño y realicen actividades que ambos disfruten (lancen la pelota, lean, jueguen, dibujen). Esto ayudará al niño, aunque no deje de correr de un lado al otro.
- Si su niño es activo por naturaleza enfóquese en lo positivo. Piense en toda la energía que tiene para hacer las cosas y busque actividades que satisfagan sus necesidades.